sábado, 10 de abril de 2010

Internet casi sin cables

Día 2. 8 de abril de 2010.

Salgo de Madrid a las 8.30h. Soy un inútil. Contando con el cambio de hora tenía que llegar a las 18.00h.

- Como en Portugal es una hora menos tengo una hora menos para llegar.

Pues eso. Inútil.

Cuando me doy cuenta de que lo que tengo es una hora más decido parar tranquilamente en Badajoz a comprar tabaco, que me han dicho que en Portugal ser fumador sale caro. Entro en Badajoz, aparco legalmente al lado de un estanco y compro un cartón de Nobel. Ha sido tan rápido que no me ha dado tiempo de perder tiempo… igualito que para entrar a Madrid.

A 97 km de Lisboa, ya en Portugal, paro por dos razones, el depósito del coche estaba vacío y el mío lleno (que sutil). Arreglo ambos problemas, pero al vaciarme siento la necesidad de volver a llenar el gaznate. En las transacciones comerciales realizadas en esta parada me doy cuenta de que hay portugueses que no saben español (obvio) y que te hablan como si todo el mundo supiera portugués (no tan obvio). A base de señales y “cabotás” consigo todo lo que quiero. Un bocata y un agua.

Tras conducir un rato por una carretera de puta madre, pero desértica: Llegada a Lisboa.

- ¡Pedazo de puente guapo que se han cu… ¡Frenazooooooooo!

Decido dejar de mirar el puente y mirar a la carretera. Llego a mi destino dos horas antes de lo esperado. Son las 16.00h en Portugal. La dueña del alojamiento estaba en el médico, así que una señora vieja, fea, gorda, pero atención, sin bigote me atiende. Me enseña mi habitación y me da las llaves. Sin mediar palabra se pira. Yo me acuerdo de cuando quemábamos posadas jugando a rol. No me preguntes porqué chico, pero me vino a la cabeza.

Pues nada. Llevo las maletas al antro que me han endosado por internet. Subiendo la maleta a un segundo con entresuelo y sin ascensor (que ya podría haber sido al revés) se me pasa por la cabeza la idea de dejar de fumar. Pero con un cartón de tabaco recién comprado sería tirar el dinero. La habitación mejor de lo esperado. Tiene lavabo, ducha y (¡al loro!) bidet. Pero la zona común es un pasillo, no hay tele y no hay wifi.

- No tengo wifi. ¿Cómo busco piso yo ahora?

Salgo a la calle y pregunto a un Policía más feo que un pie por algún cibercafé o algún sitio con internet. No tiene ni puta idea, pero se la juega y me manda a tomar por el culo. Sigo sus indicaciones, me recorro los alrededores de Marques Pombal y alrededores de alrededores de Marques Pombal preguntando a todo cristo sin que nadie sepa nada de cibers ni nada parecido. La verdad es que me sirvió para hacer una visita turística de la parte vieja de Lisboa. Me perdí medio adrede y acabé en un mirador que mola mil. No hice fotos. Uno no puede cambiar así de la noche a la mañana Pablo. Al final dije:

- ¡Hasta los huevos! Voy a tomarme una birra y algo típico de por aquí de papeo.

Dos medios litros de cerveza y un platazo de caracoles que no se lo salta un caballo de carreras. A gloria me supo. Además me hice coleguilla del camarero que me indicó un sitio donde sí había wifi (o al menos debería) y a solo un minuto de donde pregunté al policía.

Me fui contentísimo para allí ya que tanto mi cuerpo como mi mente tenían lo que necesitaban. Al llegar me dicen que ahora ya no tienen wifi y me mandan (one-more-time) al sitio ese donde dan por el culo a buscar la wifi.

Preguntando, preguntando... encuentro un café en el que tienen un ordenador y por fin consigo internet. Pero solo durante 20 minutos porque tenían que cerrar. Pero tranquilos, consigo contactar con la dueña de la pensión. Me atiende muy amablemente y me da un par de contactos para buscar piso compartido. Además le comento que se suponía que con la habitación venía “internet de serie”. Y me dice que wifi no tiene, pero que me deja conectarme al cable en la zona común. El cable asoma unos 40 cm por debajo de una puerta. Yo lo he bautizado como wire-nearly-less. El problema es que en la zona común no hay enchufes y que mi batería dura poco más de hora y media. Desde ahí he hablado con alguno de vosotros y he podido contestar algunos mails y comentarios del facebook. Lo de buscar piso lo dejé para el día siguiente que había quedado con los de la empresa y esperaba que me echaran una mano.

Me acosté temprano que tenía que madrugar.

Nota: La botella de ronmiel sigue viva.

1 comentario:

  1. ¡No sabía que te habías ido de Erasmus! Si que estamos poco en contacto. En fin, que espero que te lo pases muy bien y que sigas con el blog, así podemos seguirte la pista sin inundarte el correo. Un abrazo muy fuerte. Roberto Menéndez.

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